Visto el volumen de residuos, la falta de recursos para controlar su tráfico y la ineficacia de algunas leyes, La tragedia electrónica concluye el relato apelando a la responsabilidad del consumidor que, consciente de lo que le pasa a un producto cuando acaba su vida útil, quizá debería redefinir su papel; utilizando sus aparatos durante más tiempo antes de que el planeta se convierta en un enorme vertedero con una larga y tóxica vida por delante.
obsolescencia programada
Comprar, tirar, comprar…Obsolescencia programada
El documental – Comprar, tirar, comprar. La historia secreta de la obsolescencia programada
Livermore’s Centennial Light Bulb